323 muertos dejo el hundimiento del Crucero General Belgrano

323 muertos dejo el hundimiento del Crucero General Belgrano

El conflicto por las Islas Malvinas tiene raíces profundas que se remontan a siglos de disputas territoriales. En 1833, el Reino Unido impuso su control sobre el archipiélago, desplazando a la autoridad argentina que ya las consideraba parte de su territorio. Desde entonces, el reclamo de soberanía por parte de Argentina se convirtió en una cuestión de identidad nacional.
La tensión entre ambos países culminó en 1982 con la Guerra de Malvinas, en la que jóvenes soldados argentinos se enfrentaron en un territorio hostil contra una potencia mundial.

Uno de los episodios más trágicos de la guerra fue el hundimiento del ARA General Belgrano el 2 de mayo, cuando el submarino británico HMS Conqueror lanzó torpedos contra el crucero argentino, fuera de la zona de exclusión establecida por el Reino Unido. El ataque dejó un saldo de 323 marinos argentinos muertos y marcó un punto de inflexión en el conflicto.

El domingo 2 de mayo de 1982 siendo las 4.00 p.m. hora de Argentina, recibe el impacto de dos torpedos Mark8, el parte meteorológico indicaba vientos a una velocidad de 50 km por hora, la temperatura ambiente y el viento creaban una sensación térmica inferior a 10 grados centígrados bajo cero.

El Crucero A.R.A. General Belgrano fue hundido en Latitud 55º 24′ Sur y Longitud 61º 32′ Oeste, por el submarino nuclear HMS Conqueror, fuera del límite de la zona de exclusión inglesa en el Atlántico Sur, provocando la muerte de 323 argentinos de los cuales 200, tenían entre 19 y 20 años. Su último comandante en el teatro de operaciones del Atlántico Sur al 2 de mayo de 1982, fue el Capitán de Navío Héctor E. Bonzo.

Margaret Thatcher, entonces primera ministra británica, defendió la decisión argumentando que el crucero representaba una amenaza para la flota británica. En una entrevista de 1983, cuando fue cuestionada sobre el ataque, respondió: “Cuando las órdenes fueron dadas para hundirlo, estaba en una zona que era un peligro para nuestros barcos. Ahora, usted acepta eso, ¿verdad?”. También afirmó: “Ordené atacar el Belgrano porque el crucero suponía una amenaza para nuestra fuerza de choque, y mi obligación como primera ministra es, antes que nada, defender la vida de nuestros soldados”.

El conflicto terminó con la victoria británica, pero para Argentina la lucha nunca terminó. La memoria de los caídos en combate, especialmente aquellos que perdieron la vida en el hundimiento del Belgrano, sigue viva en cada homenaje y en cada reivindicación de soberanía. Porque más allá de los tratados y negociaciones, las Malvinas siguen siendo un símbolo de resistencia, identidad y memoria histórica para el pueblo argentino.