En una conferencia convocada de urgencia, el gobernador bonaerense respondió al reciente fallo de la jueza estadounidense Loretta Preska, que ordena al Estado argentino entregar el 51% de las acciones de YPF a los fondos buitre Burford Capital y Bainbridge.
En sus redes sociales, Kicillof anticipó el contenido de su mensaje: “Frente a esta nueva agresión de los buitres, que cuenta ahora con la complicidad del ‘topo en la Casa Rosada’, desde la Provincia de Buenos Aires respondemos: YPF no se vende”.
El mandatario también dejó un mensaje cargado de ironía y sospechas: “Algunos todavía se preguntan por qué Milei viaja tanto al país desde el cual salió este fallo; se nota mucho…”.
Durante su exposición, Kicillof repasó con detalle los efectos negativos de la privatización de YPF en los años 90 y su posterior entrega a Repsol. “Privatizar YPF, particularmente en la época de Repsol, fue una verdadera desgracia para YPF, para la Argentina, para las posibilidades de desarrollo de nuestro país”, explicó.
Según los datos presentados, bajo la gestión de Repsol:
- La producción de petróleo cayó un 49%.
- La de gas, un 43%.
- Las reservas de petróleo y gas se redujeron un 50% y 55% respectivamente.
“Estaban vaciando YPF. Estaba en un estado de destrucción, de achicamiento y de liquidación”, dijo el gobernador. Y agregó: “Lo que hacía Repsol era una decisión privada de una empresa privada. Hacer problemas con las privatizadas le podía convenir a Repsol, pero nos dejaba a nosotros incluso con recursos disponibles, necesarios y urgentes, pero no explotados”.
Kicillof remarcó que Repsol no tenía intención alguna de invertir en la explotación de Vaca Muerta. “Deciden poner en venta Vaca Muerta en pedacitos. Inician una etapa de roadshow, o sea, exposiciones internacionales a ver quién puede comprar e invertir en Vaca Muerta”.
Y concluyó: “Sin recuperación de YPF, sin expropiación de YPF, no había Vaca Muerta. Sin Vaca Muerta, no había puesta en marcha ni recuperación de la producción de hidrocarburos en la Argentina”.
La estatización de YPF se concretó en 2012, bajo el argumento constitucional del interés público. Kicillof, que entonces era viceministro de Economía, relató: “Se recupera en el año 2012. Hoy, al año 2025, todas estas tendencias que observamos, de caída estrepitosa, se han revertido”.
Los datos que expuso muestran una mejora sustancial:
- La producción de petróleo creció un 78%.
- La producción de gas aumentó un 18%.
“No sería algo inalcanzable que en muy poquitos años estemos produciendo un millón de barriles por día en la Argentina”, afirmó.
El fallo de Preska reavivó la tensión entre dos modelos de país. Kicillof denunció que Milei y su fuerza política promueven una vuelta al paradigma de los 90: “Sostienen que la solución para casi todos los problemas vinculados con la prestación de bienes y servicios en la Argentina es la privatización”.
Y advirtió: “Privatizando no se resuelven los problemas. Es la panacea según ellos, pero lo que muestra la historia es exactamente lo contrario”.
El gobernador bonaerense Axel Kicillof calificó el fallo como una “agresión directa a la soberanía nacional”, y expresó:
“Esto no es imposible, pero era muy improbable. Tan improbable que el juez de la quiebra vendió el juicio por 15 millones de euros. Ahora resulta en una sentencia de 16.000 millones de dólares. Es escandaloso que una jueza extranjera pretenda que nuestra Constitución vale menos que el estatuto de una empresa privada”.
Kicillof subrayó que esta posición es compartida por juristas de todos los sectores políticos, incluidos Bernardo Saravia Frías, exprocurador del gobierno de Mauricio Macri. También recordó que el Departamento de Justicia de EE.UU. advirtió a la jueza Preska que las acciones de YPF son bienes inmunes, es decir, no pueden ser objeto de juicio por parte de otros Estados.
“No tiene derecho una jueza de Nueva York a decir que nuestra Constitución vale menos que un papelito votado por una asamblea de accionistas. La verdad que no es así. No es así”.