JUBILADOS -HINCHAS DE FUTBOL ¿La vieja política quiere repetir la historia? ¿repetir las estrategias del pasado con tal de no perder su poder?

JUBILADOS -HINCHAS DE FUTBOL ¿La vieja política quiere repetir la historia? ¿repetir las estrategias del pasado con tal de no perder su poder?

¿La vieja política quiere repetir la historia?

Argentina se encuentra nuevamente en un punto de inflexión. Mientras el actual gobierno impulsa reformas para cambiar el rumbo del país, sectores ligados a la vieja política parecen estar dispuestos a repetir las estrategias del pasado con tal de no perder su poder.

La sociedad argentina ha demostrado históricamente un profundo respeto por los jubilados, pero no así por los políticos que, con sus decisiones, han perjudicado a los sectores más vulnerables. Un claro ejemplo fue el veto al 82% móvil, impulsado por Cristina Fernández de Kirchner en 2010 a través del Decreto 1.484/2010, a pesar de que el Congreso había aprobado la Ley 26.649.

Hoy, aquellos mismos dirigentes que apoyaron ese veto intentan presentarse como defensores de los jubilados, cuando en realidad buscan impedir las reformas económicas que permitirían, en el futuro, garantizar un sistema previsional más justo y sostenible.

El verdadero camino para el 82% móvil

La clave para lograr mejoras en el sistema previsional no es el oportunismo político ni las movilizaciones organizadas por intereses partidarios, sino la implementación de políticas responsables a largo plazo. La única manera realista de garantizar que el 82% móvil se haga efectivo es reduciendo el gasto público ineficiente y reestructurando la economía.

Si el país logra estabilizar sus cuentas, atraer inversiones y generar crecimiento sostenido, en unas décadas será posible mejorar significativamente los ingresos de los jubilados y pensionados. Sin embargo, para ello es necesario resistir las presiones de aquellos que, con tal de conservar su poder, prefieren mantener el país sumido en un modelo insostenible.

Argentina está viviendo un cambio de época. La pregunta es: ¿permitirá la sociedad que la vieja política repita la historia o respaldará el camino hacia un futuro más estable y justo?