El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, tomó posesión este viernes ante la Asamblea Nacional para su tercer mandato. Esto sigue a las elecciones del 28 de julio, que él afirma haber ganado con el 51,95 % de los votos, aunque estas supuestas aptas que lo indican como ganador de las elecciones no son públicas, pero están respaldadas por el Consejo Nacional Electoral del país, su régimen. Con este nuevo periodo, Maduro permanecerá en el poder hasta 2031.
En su discurso, Maduro no solo reafirmó su autoridad en Venezuela, sino que también criticó al presidente argentino, a quien describió como un «sádico social”.
Además, reiteró su oposición a la intervención extranjera en los asuntos internos de su país, haciendo especial énfasis en las declaraciones y posturas de Javier Milei.
«No entiende la extrema derecha encabezada por un nazi sionista, un sádico social llamado Javier Milei junto al imperio norteamericano, que creen que le pueden imponer a Venezuela un presidente», afirmó Maduro.
Venezuela experimentó un notable aislamiento diplomático, con el dictador cubano, Miguel Díaz-Canel, como el único líder presente en la ceremonia. Esto vuelve a remarcar el rechazo internacional hacia el régimen chavista, especialmente desde América Latina y Occidente.
Incluso Estados Unidos aumentó la recompensa por la captura de Maduro, que pasó de 15 millones de dólares a 25 millones.
Días antes de la toma de posesión, el gobierno de Maduro cerró las fronteras del país, aparentemente para prevenir cualquier inestabilidad o intervención externa durante el evento y para reforzar el control sobre su territorio.