Tras permanecer detenido por alrededor de doce horas, Juan Grabois, referente del Frente Patria Grande y de la economía popular, fue liberado en la madrugada del domingo luego de haber ocupado, junto a militantes y diputados como Itai Hagman y Natalia Zaracho, el Instituto Nacional Juan Domingo Perón. La protesta se realizó en rechazo al cierre del espacio por decisión del Gobierno, medida que los sectores del peronismo consideran un ataque directo a la memoria histórica y a un símbolo central del movimiento.
El operativo comenzó el sábado alrededor de las 14 horas, cuando un centenar de personas ingresó al edificio de Recoleta —donde funcionaba el instituto como museo y centro de estudios— a través de una puerta lateral conectada al bar “Un café con Perón”. La Policía Federal desalojó el lugar utilizando gas pimienta y forcejeos, lo que derivó en la detención de Grabois y otro militante.
Grabois denunció que no se le presentó una imputación concreta, y calificó la detención como ilegítima. “Me metieron preso por defender la historia del pueblo argentino”, declaró al salir en libertad. También criticó el estado de las instalaciones donde estuvo detenido, asegurando que estaban en condiciones deplorables y prometiendo que, si alguna vez es presidente, va a cambiarlas.
Por su parte, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, respaldó el accionar de las fuerzas y sostuvo que se trató de una recuperación del edificio “usurpado por militantes”. El Gobierno justificó el cierre del instituto por cuestiones presupuestarias, aunque para la oposición, el trasfondo es netamente político.
