En una jornada que podría marcar un giro en el equilibrio geopolítico mundial, Estados Unidos lanzó un ataque aéreo contra instalaciones militares en Irán. El objetivo declarado: infraestructura vinculada al desarrollo de armas nucleares y al apoyo a grupos considerados terroristas.
Argentina alineó su postura con la del gobierno estadounidense e israelí, mediante declaraciones contundentes de dos de sus principales funcionarios.
“El terrorismo, nunca más. Fin.” escribió el vocero presidencial Manuel Adorni en la red X, en una frase breve, terminante y cargada de sentido histórico para los argentinos. Por su parte, el ministro de Defensa, Luis Petri, expresó:
“Garantizar la paz en el mundo es luchar, siempre y en todo lugar, contra el terrorismo y sus armas nucleares. Mañana el mundo despertará más libre y en paz. Fuimos víctimas del terror de Irán y lo pagamos con sangre de inocentes. Gracias, presidente @JMilei. ¡Estamos en el lado correcto de la Historia! ¡Del lado de la Justicia!”
El trasfondo no es menor: la memoria viva de los atentados contra la Embajada de Israel en 1992 y la AMIA en 1994 —dos de los ataques más brutales ocurridos en suelo argentino, que dejaron un saldo de 107 muertos y cientos de heridos— vuelve a escena cada vez que Irán aparece en los titulares. Las investigaciones judiciales en ambos casos apuntan a altos funcionarios del régimen iraní como autores intelectuales.