Andrea Bocelli
Andrea Bocelli x @irishsuarez

Andrea Bocelli cerró su paso por Buenos Aires con dos shows históricos

Andrea Bocelli concluyó anoche su paso por Buenos Aires con dos conciertos excepcionales que reafirmaron su vigencia y su estrecho vínculo con el público argentino. A sala llena en el Teatro Colón y ante miles de espectadores en el Hipódromo de San Isidro , el tenor italiano ofreció dos experiencias musicales únicas, con producción de DF Entertainment, que combinan excelencia vocal, emotividad y una entrega artística a la altura de una figura legendaria.

Acompañado en ambas ocasiones por la Orquesta Aeropuertos Argentina, bajo la dirección del Maestro Carlo Bernini, durante las dos jornadas el Maestro contó con las actuaciones excepcionales de la soprano Nadine Sierra, la soprano Mariam Battistelli y el barítono Vladimir Stoyanov, entre otros.

El 17 de noviembre fue sin dudas una jornada histórica: Bocelli se presentó por primera vez en el Teatro Colón, uno de los escenarios más prestigiosos de la lírica mundial, con un programa dedicado a la ópera italiana y francesa. A sala llena el Maestro Bocelli recorrió en dos actos clásicos de las obras más importantes de la historia de la música clásica, emocionando hasta las lágrimas a los presentes: La donna è mobile, È il sol dell’anima (Rigoletto), Je veux vivre y L’amour! L’amour… Ah! Lève-toi, soleil (Roméo et Juliette), el Intermezzo de Cavalleria Rusticana el célebre Brindisi de La Traviata y dos momentos culminantes del repertorio pucciniano: E lucevan le stelle (Tosca) y Nessun Dorma (Turandot).

Al día siguiente, el 18 de noviembre, el Bocelli llevó su voz al aire libre en un concierto vibrante en el Hipódromo de San Isidro, donde miles de personas lo recibieron en un formato completamente distinto, pero igual de cautivante. La primera parte incluyó arias emblemáticas de la tradición italiana como La donna è mobile (Rigoletto), Di quella pira (Il trovatore), Je veux vivre (La Bohème / Roméo et Juliette), Intanto amici qua (Cavalleria Rusticana), Tace il labbro (La Vedova Allegra), La mia letizia infondere (I Lombardi) y O soave fanciulla (La Bohème), además del infaltable Brindisi de La Traviata.

La segunda parte amplió el repertorio con piezas sinfónicas, de cine y música popular, con momentos como Pirates of the Caribbean – Fantasy, Notte ‘e Piscatore, Sentimento, Mattinata, O Sole Mio, Libertango, Incanto, Cinema y Por una cabeza, además de canciones que forman parte del universo más íntimo de Bocelli como All By Myself, Vivo per lei, Sogno y Canto della Terra. Una combinación impecable que generó un clima festivo y profundamente emotivo entre el público.

Con más de 90 millones de discos vendidos y 16 mil millones de reproducciones , Bocelli demostró una vez más por qué es una de las voces más influyentes y admiradas de la historia moderna de la música. El cierre de esta visita dejó dos imágenes imborrables: la solemnidad del Colón y la celebración masiva del Hipódromo, donde miles de personas acompañaron cada nota en una noche única.