Un escalofriante testimonio desnudó la trama de barbarie detrás del triple femicidio de Florencio Varela. Celeste Magalí González Guerrero, inquilina de la casa donde mataron a Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez, decidió hablar. Su confesión ante el fiscal Carlos Adrián Arribas fue clave.
González Guerrero no solo ratificó el vínculo narco. Ella misma aportó el mapa para desentrañar a la organización criminal.
La «arrepentida» se autoinculpó por tareas de limpieza. Además, ella marcó el descampado para quemar la camioneta. Lo más importante: confirmó que el asesinato fue un ajuste de cuentas. El robo de 30 kilos de cocaína pura a Lázaro Víctor Sotacuro, alias “El Duro”, disparó la masacre. Por la ejecución, el sicario Tony Janzen Valverde Victoriano, “Pequeño J”, cobró supuestamente un millón de dólares.
Un jefe de la organización, llamado «Papa», vio el crimen transmitido en vivo por videollamada desde José C. Paz.
La Ficha Criminal
- Miguel Ángel Villanueva Silva (Pareja de la Arrepentida): Celeste lo señaló como el ejecutor material directo del triple femicidio. Ella lo identificó como el autor del ataque brutal contra al menos una de las víctimas. Villanueva Silva, apodado «Gonzalo», actuó «gratis» y con extrema violencia. Ella detalló la brutalidad: dijo que Miguel atacó a una de las víctimas con un destornillador y un fierro. La mujer intentó escapar; él le clavó el destornillador en el cuello y, al seguir viva, le aplastó la cara con un fierro.
- Tony Janzen Valverde Victoriano («Pequeño J»): Este hombre peruano actuó como el organizador central de la reunión en la casa. Él llevó a las víctimas en la camioneta. Su rol se elevó dramáticamente en la causa: Pequeño J cobró un millón de dólares por la coordinación y ejecución de los asesinatos. Él recibía órdenes de «Papa», el presunto superior narco.
- Lázaro Víctor Sotacuro («El Duro»): La confesión lo saca del rol de simple «remisero» que intentó mostrar en la causa. Sotacuro es el cabecilla a quien le robaron los 30 kilos de cocaína. Este hecho confirma que el móvil es un ajuste narco. Celeste lo ubicó en un lugar de poder, por encima de «Pequeño J».
- David Gustavo Morales Huamaní («El Loco» David): La Justicia lo busca intensamente. Celeste lo ubicó en la casa con guantes. Él es el prófugo clave que, se sospecha, fue uno de los que mató a las chicas.
- Matías Agustín Ozorio: Subordinado clave en la logística. Él es quien le llevó droga a Celeste y le relató los detalles de la videollamada. Este hombre, extraditado de Perú, demostró una frialdad absoluta: se retiró de la escena del crimen comiendo hamburguesas en un remís.
- «Papa» y «Abuelo»: Son las altas esferas de la red. «Papa» controlaría «toneladas» de droga. Él habría presenciado la ejecución por videollamada desde José C. Paz.





