En plena gira oficial por Medio Oriente, Javier Milei rompió el silencio y se refirió por primera vez en público al fallo de la Corte Suprema que confirmó la condena a Cristina Fernández de Kirchner por la causa Vialidad.
El Presidente interrumpió su discurso preparado para improvisar una reflexión: “Al ser el primer presidente que no interfiere con la Justicia, los resultados están a la vista y la Justicia independiente hizo lo que tenía que hacer”, afirmó.
Luego completó: “Todo es mérito del Poder Judicial, de la Corte Suprema. Lo único que puedo decir es que he sido consistente con mi visión republicana, y dejar que los jueces actuaran libremente”.
Mientras Milei respaldaba a la Corte Suprema, el kirchnerismo ya trabajaba en su contraofensiva internacional. Cristina Kirchner recurrirá a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el organismo de la OEA, para pedir una medida cautelar que le permita ser candidata y postergar los efectos de la sentencia. Su equipo jurídico argumenta que fue víctima de una proscripción y que se vulneraron sus garantías procesales.
Durante la misma gira, Milei recibió el Genesis Prize, conocido como el “Nobel judío”, por su defensa del Estado de Israel y su condena a Hamas y Hezbollah. En su discurso de agradecimiento, citó a Borges y sostuvo: “Yo no soy judío, pero eso no me impide sentir como propia la historia del pueblo judío”. El gesto fue leído como un respaldo a la política exterior israelí, y su definición sobre Cristina, como parte de una narrativa más amplia: la reivindicación de una justicia independiente, la condena a la corrupción y el rechazo a los regímenes autoritarios.
